Por Pedro Baracutao
Con alegría hemos visto jugar a este equipo en su gran mayoría chocoano. La actual selección Colombia, al igual que la de mujeres, viene rompiendo la lógica regionalista que marcaba a selecciones anteriores con disputas, divisiones, roscas y movimientos de los empresarios para favorecer a uno u otro jugador de determinada región. El sentimiento de patria multicultural y diversa, se encarnó en todo el pueblo colombiano gracias a la presencia de ese fútbol popular y de barrio que caracterizó a este equipo.
El país se ilusionó y sigue con la esperanza de ver campeón a este equipo. De esta Copa América nos queda un sabor de dignidad. Y la satisfacción de un equipo que nos une en las familias, los barrios, las comunidades. Más allá de la tragedia de perder la final con un rival como Argentina, nos queda la grandeza de perder con la cabeza en alto. Y las palabras de Juan Fernando Quintero en la rueda de prensa después de la final, el futbolista de la Comuna 13 que tanta fuerza, creatividad y belleza expresa con su fútbol:
“Creo que soy una persona que ha sido muy agradecida a la hora de tener el cariño, creo que soy el reflejo de lo que es Colombia también porque sufrí de niño la desaparición de mi padre, pero tuve una madre que siempre estuvo firme, mis abuelos, mis tíos, y bueno, soy el reflejo de lo que ellos hicieron en mi como ser humano y bueno, soy un colombiano más que está viviendo este momento especial. Creo que han sido muchos sacrificios desde niño, y que no soy ajeno a lo que pasa en Colombia. Creo que todos tenemos una luz de esperanza por medio del deporte, me cambió la vida, y ese es el mensaje que debemos darle a los jóvenes en nuestro país y en el mundo. Creo que el futbol cambia vidas, el arte, hay esperanza y lo más importante es darle ese ejemplo a todos” (https://www.instagram.com/reel/C9Z1EsdxA_W/?igsh=MTB1MmdlbzgybHRpMA==).
Nos queda claro que esta es una selección de la Colombia profunda, como en su momento lo fue la de los “puros criollos”. Se admira el talante de este grupo, un reflejo colectivo de lo que es el país, como lo expresó Quintero que siempre nos ha conmovido con su juego, con su historia, con su palabra. Por eso es que la esperanza sigue viva: en la selección, en la paz, en nuestra gente, en lo que nos une y nos da un lugar hermoso en el planeta.