Por Pedro Baracutao
Más que analizar su discurso, que recoge las exigencias de la Medellín olvidada que necesita más que ladrillos y cemento, me interesa resaltar el gesto de subirse para el barrio, Comuna 3, barrio Jardín, en un escenario lleno de familias, niñez y gente expectante. No llegaron los medios hegemónicos porque ellos sí niegan el rostro del pueblo. Solo suben a mostrar violencia y registrar balaceras.
Para la mayoría de habitantes de esta comuna que tiene uno de sus barrios y parques con el nombre Gaitán, una comuna obrera y habitada por gente que vivió el desarraigo del campo por la violencia, fue un honor recibir por primera vez a un presidente. Esta zona de la ciudad, después de la conocida Comuna 13 (San Javier), es la que más población desplazada ha recibido desde los años 80. Petro, con más sensibilidad que intelecto, leyó el lugar y lo homenajeó no solo con su presencia sino con una reflexión poderosa: democratizar las oportunidades para las barriadas en el llamado Valle del Software.
Fue el pasado jueves 14 de septiembre, un sol iluminaba la ladera y las casas apretujadas pintadas de colores, un barniz que Medellín sabe poner en sus barrios más complejos. La gente esperaba un rimbombante anuncio sobre el futuro de UNE, sobre la intervención estatal en este importante activo público, pero el presidente se animó más bien a hablarle al barrio. El escenario se llenó cuando él salió, y su mensaje podríamos decir que fue esperanzador, en medio de un contexto electoral cargado de estigmatización y polarización mediática.
De esta visita, más que la anécdota de subir al barrio, queda la importancia de que estos territorios dejen de ser estigmatizados por ser cuna de bandas como La Terraza u otras expresiones de delincuencia organizada funcional en su momento a las estructuras paramilitares.
La gente escucha razones, recibe el cambio y respeta a quien lo hace con ella. Gracias presidente por cumplir esta cita con el barrio. Allí la gente no es del barrio sino que son el barrio, pues lo autoconstruyeron a pulso y lucha cotidiana.
Ojalá que el gobierno del cambio siga siendo un gobierno para la gente de a pie: madres jóvenes solteras con ansias de oportunidades, juventudes en movimiento pidiendo pista para lograr mayor incidencia en su territorio, oportunidades de educación y empleo digno.